Pablo Sierra
Pablo Sierra
Pablo Sierra nació en Zaragoza en 1987, estudió Derecho aunque actualmente trabaja en una multinacional del forwarding como responsable de Protocolos para España y Malta.
BIBLIOGRAFIA
Le hemos querido hacer una entrevista para conocerle un poco mejor...
Simplemente quería contar una historia contada desde diferentes puntos de vista. Como sabéis, LQPLNDEV es la visión de Bruno, pero muy pronto saldrá la historia contada desde el punto de vista de Pura y de Claudia.
Sí me inspiré en lugares (Barcelona, Zaragoza y Villanúa) y había temas de los que quería hablar como la gentrificación, la pérdida y la maternidad.
Lo que me movió a contar esta historia era hacer ver que una historia no está completa, sin todos los puntos de vista de cada uno de los personajes y cómo el pasado de cada uno de ellos, perfila su toma de decisiones ante un caso concreto.
Especial cariño, podría decir que a Balma. Es la esencia de nuestra infancia. La chica rebelde y valiente, que ha sabido mantenerse como lo que fue, sin modificar su forma de ser con el paso del tiempo y de los golpes de la vida.
En cuanto a dificultad, puedo decir que estoy escribiendo ahora “Lo que prefiere el gato bajo la lluvia”, el libro de Pura. Tengo que contar su historia desde 1939 hasta la actualidad. Me está costando y apasionando por partes iguales. Eso sí, tendré que hacer un trabajo duro, cuando me toque contar la historia de Claudia en “Lo que prefiere el hombre sobre el puente”.
Yo creo que la sencillez de la narrativa, para contar una historia real. Intenté dar realidad a los diálogos, contar cosas comunes, sin artificios. ¿El objetivo? Que el lector pueda identificarse con el personaje, que lea cosas que él mismo ha vivido de una forma u otra para que pueda empatizar con el personaje. Y una vez ha empatizado… remover sus sentimientos ante algo que, aunque parezca imposible, podría pasarnos en algún punto de nuestra vida.
Mi necesidad por hablar de determinadas cosas y de crear determinados personajes y lugares de los que creo, se habla poco. Gente normal, con vidas normales, problemas económicos, en los que en un momento determinado, todo explota por los aires. Como en la “vida real”.
He enviado mis dos novelas a decenas de editoriales. La gran mayoría no acepta siquiera manuscritos. El resto, ni siquiera respondieron. Por eso decidí tirar de la autopublicación. Sé que resta calidad (no hay un equipo detrás de corrección, maquetación, etc), da muchísimo más trabajo (ojalá pudiera dedicarme sólo a escribir y no a hacer la promoción, gestionar la web, etc) y sobre todo, resta muchas ventas porque no hay un equipo de marketing detrás, el libro no puede llegar a las librerías… aun así, estoy muy contento de haberlo hecho todo por mí mismo.
Muchísimo. En ningún momento llegué a imaginar que tuviera las ventas que ha tenido y sobre todo, la repercusión y buenas críticas que ha recibido por parte de los lectores.
Como todo en mi vida, soy muy abierto. He leído obras maravillosas de género policíaco, romántica, novela histórica (pasé años leyendo casi en exclusiva este género), comedia, drama… no me cierro a nada. Ahora mismo estoy mezclando lecturas de Bukowski con Lorca… para que te hagas una idea.
Salió hace un par de meses mi segunda novela “Todos mis veranos los pasé en Galvana”, que también está teniendo muy buena respuesta por parte de los lectores. Pero ahora, trabajando a tope en “Lo que prefiere el gato bajo la lluvia”, contando la historia de Pura. Me está requiriendo muchísimo trabajo de documentación sobre la Barcelona de los años 50s, 60s y 70s.
Escribir requiere tiempo. Mucho. Y todo ese tiempo que necesito, se lo tengo que quitar a otras cosas o en este caso, a personas. Supongo que cuando paso tardes enteras de fin de semana escribiendo, mi pareja (Idoia) es mi gran apoyo. Y no solo por la “paciencia” sino sobre todo, por el apoyo. Y no solo moral. Es siempre mi lectora cero, la que se “come” las primeras revisiones de la novela y la que me aguanta esos “ufff, llevo dos días sin vender un libro”.
Pues tengo dos que además, se contraponen. Una, es el silencio. Necesito silencio. Me gusta el silencio. O cuando escribo en la calle (una terraza, un parque…), el sonido ambiente. Acepto poco más.
Pero a su vez, cuando escribo algo sobre otras décadas, siempre me obligo a ponerme música de aquellos años. Por ejemplo, ahora con Pura, hay partes de la historia en 1955, 1960, 1965… y siempre que escribo algo de ese pasado, pongo las listas de éxitos de ese mismo año. Me inspira y me lleva a imaginar vestuarios, contextos…
Soy una persona a la que le gusta escribir. Y muchas cosas más, por supuesto. Pero no me considero una persona rara, metódica, ni nada por el estilo. Simplemente tengo muchas cosas que contar (soy un cuentista, en el fondo) e intento plasmarlas en un papel. Disfruto de los pequeños momentos en mi vida. Diría que soy un soñador de cosas pequeñitas. No tengo ni grandes anhelos, ni grandes deseos, ni grandes sueños. Casi siempre son pequeñitos. Pero me encanta cuando los vivo.
Casi siempre en papel, aunque tengo libro electrónico. Y soy un lector “de tiempos muertos”. Rara vez leo durante horas. Pero siempre llevo un libro encima y leo en cualquier momento. Las pausas en el trabajo, cuando me tomo un café, mientras se calienta la comida. Siempre como a solas (si estoy en el trabajo o mi pareja no está, claro), en silencio y con un libro ante los ojos.
En cuanto a mis lugares favoritos, por supuesto, una terraza con un buen café. También para escribir a veces, necesito hacerlo al aire libre. Me encanta mirar a la gente entre página y página, imaginarme sus vidas y en ocasiones, también, diseñarles un personaje. Es más, los personajes secundarios de mis libros, casi siempre tienen la cara de mis vecinos de mesa. Ellos no lo saben, pero mientras toman despreocupados su café, yo escribo sus rasgos y les doy un nombre. Pero ni siquiera se enteran. Desde aquí aprovecho, para darles las gracias por prestarme su cara, su ropa y sus gestos para mis libros.
Desde aquí queremos dar las gracias a Pablo Sierra por el tiempo que nos ha dedicado y le deseamos mucho éxito en sus próximas novelas.
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